Teoría ética

El Estoicismo fue fundado por Zenón de Citio en el año 301 a. C. Su teoría se basa en que todo en la naturaleza está sujeto a una ley universal o Logos, la cual es una ley racional. Toda situación posee una causa que está totalmente ligada a ésta, todo ya está previamente escrito.

La decisión humana, atada a la cadena ineludible de causas, es en sí libre en cuanto puede conformarse a la propia naturaleza. Es libre aquél que en sus juicios y en las obras que son consecuencia de éstos decide de acuerdo con la razón, cuando ante los sucesos que solicitan su elección, no se siente forzado, sino que obra de acuerdo con lo que lógicamente se impone a su razón. El ser humano y lo que éste vive es dominado por el Logos, pero es libre de elegir la forma en la que actúa frente a las distintas situaciones.

Para cada ser racional sólo puede ser valioso lo que le ayuda a su conservación y a su felicidad, entendida como plenitud de desarrollo, como el cumplimiento de su fin propio: la estructura y disposición a la naturaleza y la conciencia de ella. El atenerse así a lo razonable, conforme al Logos y la naturaleza, es la virtud, y en ésta está la felicidad, pues ella es autosuficiente y no depende de más cosas. Todo lo demás es indiferente, como los placeres, el honor y las posesiones.

El Estoicismo es determinista. Una irrompible cadena de causas y efectos, regida por la divina fuerza natural inmanente, determina todo acontecer. Y como cuanto acontece está originado en ella, que es racional, la determinación es providencia.

Lo Estoicos fueron los primeros en aplicar el término libre a la condición moral, en el dogma estoico sólo el sabio es libre, y los que no actúan conforme al Logos, son esclavos de sus pasiones y del acaecer externo.

Para el virtuoso la felicidad verdadera está en sentirse libre de toda perturbación exterior, en la independencia y la tranquilidad interna. Por consientes que seamos de nuestra naturaleza racional, hay en nosotros impulsos irracionales incontrolados, los afectos o pasiones. En su aspecto práctico, la virtud (que en el teórico es el reconocimiento de la naturaleza racional) será, pues esencialmente capacidad de enfrentarse con las pasiones, de superar la debilidad y las enfermedades del alma, de éstas hay que salvarse y para ello no basta moderarlas.

El Estoicismo tuvo tres periodos, con distintos representantes cada uno:

• Estoicismo antiguo (s. III y II a.C.): Zenón, Cleandro, Crisipo.
• Estoicismo medio (s. II y I a.C.): Panecio, Posidonio.
• Estoicismo tardío: (s. I al III d.C.): Séneca, Epicteto, Marco Aurelio (filosofía romana).

Todo indica que Zenón en la moral cínica el ideal de conquistar la felicidad mediante la independencia de la propia virtud. Era una filosofía práctica, no sólo por su finalidad sino por su ejercicio. Cuando Seneca define la filosofía studium virtutisper ipsam, sólo hace reasumir la tesis del ejercicio de la virtud según la establecieron los maestros cínicos de Zenón.